LUTEROHace ahora 499 años, un 31 de octubre de 1517, Martin Lutero confrontó a la Iglesia católica con la Palabra de Dios. Para ello, clavó una propuesta a las puertas de la iglesia de Wittenberg (Alemania), cuyo objetivo era debatir algunas doctrinas y prácticas de la Iglesia Católica. Esta iniciativa fue conocida como las 95 tesis.

Estos nuevos descubrimientos doctrinales de Lutero chocaron rápidamente contra la jerarquía eclesiástica, pues eran totalmente contrarias a sus dogmas y prácticas habituales, ya que restaban a su autoritarismo.

En ese documento se ataca el sistema de indulgencias (vender el perdón de los pecados en forma de documento), se declara la no autoridad del Papa sobre el purgatorio o la negación del sacramento de la confesión, se proclama la autoridad soberana de la Biblia en materia de fe y se rechazaba todo aquello que pertenezca a la tradición humana como autoridad; se pone fin a las bulas papales y a los mandatos procedentes de Roma, se asevera que la salvación del ser humano es a través de la fe y no por las buenas obras, se afirma que la fuerza del testimonio interior del Espíritu Santo, por la cual el creyente comprende el espíritu de la Palabra de Dios, es gracias a los libros sagrados y no de los mandatos de la Iglesia, etc…

Lutero visualizó la corrupción de las doctrinas de la redención y de la gracia, y esto hizo que, los pilares de la Reforma en un principio fueran tres: sola gracia (no méritos), sola fe (no obras) y sola Escritura (no tradición).

Se cree que este hecho no fue un acto de provocación o desafío, sino un cúmulo de coincidencias guiadas por Dios, ya que la Iglesia del Castillo se encontraba en la calle principal de Wittenberg y, como era la costumbre, dicha puerta funcionaba como un tablón de anuncios público y, por consiguiente, era el lugar adecuado para colocar las noticias más importantes.

los aportes de la reforma protestante a la iglesia evangelica 5 638Pero, fuera como fuese, estas tesis, escritas en latín y no en alemán, generaron fuertes controversias entre Lutero y los aliados del Papa, siendo este llamado a comparecer en 1521 ante el emperador Carlos V para que explicara sus libros e ideas. Ante su negativa a someterse a la autoridad eclesiástica si no se le demostraba su error por medio de la Biblia, Lutero y sus seguidores fueron excomulgados. A partir de ahí nació un nuevo movimiento religioso que se expandió hacia Europa central, septentrional y las islas británicas.

Esta nueva corriente religiosa iniciada por Lutero no sólo se quedó en las 95 tesis, sino que llegó más allá. Se analizaron con esmero todas las doctrinas e interpretaron las diferentes opiniones de los reformadores, hasta concluir, con el tiempo, en el verdadero mensaje de Dios a través de su Palabra.

LAS CINCO SOLAS DE LA REFORMA PROTESTANTE
Las “Cinco Solas” son cinco doctrinas basadas en la Biblia que nacieron durante la Reforma Protestante y que forman, hasta hoy día, los pilares fundamentales del protestantismo. Estas extractaban el pensamiento teológico de los reformadores, que querían finalizar con las imposiciones de la Iglesia Católica. Son contraposiciones a las diversas y dudosas prácticas realizadas por la iglesia de Roma durante el siglo XVI.

Sola scriptura (sólo por la Escritura)
Según esta doctrina, la única palabra de Dios que hay que seguir es la Biblia. Es un rehúso pleno a la interpretación que la Iglesia realiza del texto sagrado. Los reformadores no ven la necesidad de un mediador humano o sacerdote entre Dios y los hombres.

Sola fida (sólo por la fe)
En este pensamiento se plasma el tema de la salvación, siendo esta exclusivamente por la fe, no por las buenas obras y mucho menos por las falsas buenas obras. Las buenas obras son consecuencia de la fe, y no te garantizan la salvación. Se invalidan las indulgencias que concede el papa, potestad que sólo queda reservada a Dios.

Sola gratia (sólo por la gracia)
Interpreta que la salvación del ser humano es por la gracia divina y no depende de favores inmerecidos de terceros, es decir, la limpieza de los pecados no la otorga la curia eclesiástica, sino Dios mismo.

Solus Christus (sólo Cristo)
Según esta premisa el único mediador entre la humanidad y Dios es, exclusivamente, Cristo. No se puede alcanzar la salvación por otra vía. Esto nos compromete a no venerar, ni adorar, ni idolatrar a nadie más.

Soli Deo gloria (la gloria es solo para Dios)
No hay nada sobre la tierra a lo que podamos dar la gloria, (y menos a nosotros mismos) ya que nadie depende de sí mismo, sino de Dios, por consiguiente, también, la salvación depende exclusivamente de Él, pues, Él es soberano.


LOS CUATRO GRANDES REFORMADORES

Martín Lutero (Eisleben, 10 de noviembre de 1483, 18 de febrero de 1546)
Como ya sabemos, Martín Lutero fue un teólogo y fraile agustino, que inició e impulsó la reforma religiosa en Alemania. Sus enseñanzas sirvieron de inspiración a la Reforma Protestante, dando lugar a una nueva corriente doctrinal, teológica y cultural denominada luteranismo.

La idea principal de Lutero era exhortar a la Iglesia para que regresara a las enseñanzas originales de la Biblia, y así, conseguir la reestructuración de las iglesias cristianas en Europa.

Sus traducciones de la Biblia aportaron un importantísimo paso para dar a conocer la Santa Escritura en otras lenguas, convirtiéndose en un privilegio el poder conocerlas cuando sólo estaba al alcance de las autoridades eclesiásticas.

La reacción del catolicismo ante la Reforma Protestante iniciada por Lutero fue la Contrarreforma.

Su matrimonio con Catalina de Bora el 13 de junio de 1525 inició un movimiento de apoyo al matrimonio.

Huldreich Zwinglio (Wildhaus, Sankt-Gallen, 1484 - Kappel, 1531)
Zwinglio fue el líder de la Reforma Protestante suiza, y, también, el fundador de la Iglesia Reformada allí. Estudió las Escrituras desde la observancia humanista, por lo que llegó a conclusiones similares a las de Lutero.

Coincidió con Lutero en la doctrina de la justificación por la fe, pero contrastaba en su entendimiento con respecto a la Cena del Señor.

Del grupo de Zwinglio surgieron otros pensadores que diferían de sus doctrinas, especialmente en lo referente al bautismo, ya que opinaba que debía administrarse solo a los adultos. Por eso recibieron el apodo de “anabaptistas”, es decir, rebautizadores.


Juan Calvino (Noyon, 10 de julio de 1509 – Ginebra, 27 de mayo de 1564)
Otro importante reformador fue el teólogo francés Juan Calvino (Jean Cauvin), considerado como uno de los padres de la Reforma Protestante.

A la edad de veinte años se convirtió al protestantismo, al adoptar los puntos de vista de Lutero: negación de la autoridad de la Iglesia de Roma, importancia primordial de la Biblia y doctrina de la salvación a través de la fe y no de las obras.

Por causa de estas nuevas doctrinas hubo de abandonar París en 1534 con destino a Basilea (Suiza).

El año 1536 fue concluyente para su vida, ya que publicó la primera obra teológica sistemática del protestantismo: La institución de la Religión Cristiana, un libro que consiguió rápidamente un gran auge. En esta obra, Calvino, asentó definitivamente la doctrina protestante, y donde daba vital importancia a la gloria de Dios en todo el plan de salvación, siendo, por lo tanto, su voluntad el factor determinante en la redención. Ese mismo año, en Ginebra, la comunidad protestante, le requirió para ser su guía espiritual. Pero en 1538, Calvino fue expulsado de la ciudad por el extremo rigor moral impuesto a sus habitantes. Tres años después regresaría y, no solo para predicar o tratar de influir en las costumbres, sino que asumió un verdadero poder político, que ejercería hasta su muerte.

Una de sus doctrinas más importantes es la predestinación: Dios ha decidido de antemano quién se salvará y quién no, no dependiendo de su comportamiento; el hombre se salva si fue elegido por Dios; las buenas obras no son influyentes. Quienes fueron predestinados a la salvación fueron también creados para llevar una vida recta.

Estas doctrinas fundamentales de Calvino se identificaban con las de otros reformadores, lo cual produjo una corriente que se denominó “Calvinismo”.

John Knox (Haddington,Lothian, Escocia, 1514 - Edimburgo, 1572)
Reformador escocés y fundador del presbiterianismo calvinista. Sobre el año 1540 se ordenó sacerdote en la congregación de Saint Andrews, donde llegó a ocupar algunos cargos.

Tuvo la oportunidad de conocer al reformista escocés George Wishart, que le proporcionó la total claridad de sus creencias, tomando la irrevocable decisión de abandonar la fe católica por el protestantismo.

En 1546, Knox se unió a la revuelta de los reformadores, predicó firmemente contra el “papismo” y fue apresado por los franceses tras la toma del castillo de Saint Andrew. Tras diecinueve meses de cautiverio, regresó a Inglaterra, donde reinaba Eduardo VI, impulsor de la Reforma y, John Knox se convertía en su capellán.

De nuevo, la regencia de la católica María Tudor lo hizo huir a Europa. En 1554 se trasladó a Ginebra, donde el reformista francés Juan Calvino completó sus influencias sobre él.

De regreso a Escocia en 1555, desempeñó una labor esencial en la difusión de la Reforma. Cinco años más tarde, consiguió que el Parlamento aprobara la Confessio Scotica (confesión de fe de la Iglesia Presbiteriana Escocesa), donde se reconocen los inicios del presbiterianismo escocés. También redactó el Book of Discipline (Libro de disciplina) y su obra más destacada: History of the Reformation in Scotland (Historia de la Reforma en Escocia).

Al final de sus días, se retiró al castillo de Saint Andrews, desde donde continuó con sus predicaciones.

MENCIONES ESPECIALES
Pre-reformadores: Pedro Valdo (1140-1217), Juan Wycliffe (1329­1384), Juan Hus (1374­1415), Jerónimo Savonarola (1452-1498), etc.

Reformadores: Martín Lutero (1483-1546), Huldreich Zwinglio (1484-1531), Martín Bucer (1491­1551), Guillermo Farel (1489­1565), Juan Calvino (1509-1564), John Knox(1514-1572),Teodoro de Beza (1519­1605),Katerina Von Boa(1499-1552), Felipe Melanchthon (1497-1560), Guillermo Tyndale (1496-1561), etc.

Predicadores: Juan Bunyan (1628-1688), Jonatán Edwards (1703-1758), Juan Wesley (1703-1791), Jorge Whitefield (1714-1770), David Brainerd (1718-1747), Guillermo Carey (1761-1834), Christmas Evans (1766-1838), Enrique Martyn (1781-1812), Adoniram Judson (1788-1850), Carlos Finney (1792-1875), Jorge Müller (1805-1898), David Livingstone (1813-1873), Juan Pato (1824-1907), Hudson Taylor (1832-1905), Carlos Spurgeon (1834-1892), etc.

PUNTO Y FINAL
Tras los primeros reformadores, y hasta la actualidad, han sido muchos los siervos que Dios ha utilizado como instrumentos para revelarnos el verdadero evangelio contenido en su Santa Palabra y rescatarnos del pecado a través de su sublime misericordia por medio de la muerte en la cruz y resurrección de su Hijo Jesucristo; gracia y reino regalados a todos los que en Él creen.

A Él sea la gloria por siempre.

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