SALMOS 62 1En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación.

Son cuatro veces en este salmo que se repite “solamente” (v.1,2,5,6) y creo, Señor, que quieres decirme algo en esta noche.

No es suficiente para mi alma el que encuentro en ti, Dios mío, sosiego y reposo, sino que se tiene que convencer de que es solo en ti que puede encontrar el sosiego y reposo que le hace falta; que no pierda el tiempo en buscar agua en cisternas rotas (Jer.2:13).

No es suficiente que encuentre en ti lugar seguro y salvación, sino que reconozca públicamente y en mi corazón que solo tú puedes proveer salvación, que fuera de ti no hay quien salve (Is.43:11; 45:21,22).

Tú no eres una solución más. No te glorifican con decir que eres una roca más de esperanza adonde aferrarse, sino que eres la única roca segura en medio de la tempestad.

Cuanto desengaño habrá un día cuando la gente religiosa descubra que sus caminos y esperanzas fueron vanos porque solo Cristo es el único camino, el único salvador. ¡La roca!

Pero esto me lo tengo que repetir a mí mismo. Alma mía, en Dios solamente reposa, porque fuera de él no hay otro.

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