SALMOS 119 28Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame según tu palabra.

Me es difícil escoger un versículo de este salmo que pueda resumir los beneficios de tu palabra y mi amor por ella. Al final me decido por este para este día, pues define mi estado de tantas ocasiones, y la ayuda que me provee tu palabra.

Qué frágil debo de ser, o que así me parece. Ante cualquier pequeña llama de dificultad tiendo a derretirme como cera. Pero siempre encuentro en tu palabra lo que necesito, ella es para mí justicia (v7), maravilla (v18), delicia (v24), consuelo (v50), música (v54), gozo (v70) y muchas cosas más.

No puedo evitar muchos de los conflictos en los que se envuelve mi alma, me acuesto con ellos y me levanto con ellos, pero aun cuando tú no resuelves mi ansiedad, ni me libras de las batallas ni de sus consecuencias, siempre me acompañas y provees para mí de sustento, de fortaleza. Ante este deshacerme, está tu sostén; ante mi ansiedad, está tu palabra.

¡Cuántas veces, como ahora, tu palabra ha sido una bocanada de aire fresco ante un sol abrasador, un vaso de agua en este camino polvoriento! Sigue hablándome con ella, mi alma lo necesita, y cada vez más.

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