ISAIAS 28 15Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos.

La vida es preciosa, al menos para mí ahora, en mis circunstancias, pues, aunque cada día trae sus retos y preocupaciones, también trae disfrute y gozo a mis sentidos. Conversaciones, sonidos, colores, sabores… Todo esto produce en sí mismo amor por la vida. No me sorprende que la gente viva pensando que esto es así para siempre, como si hubieran negociado para que la muerte no les toque a ellos, no les visite. Comen y beben sin pensar, corren en la carretera como si nada pudiera pararles, no ponen discernimiento a sus pasiones. En otro tiempo yo fui como ellos.

Pero con la muerte no se puede pactar, es engañosa. Cuando parece que está aún lejos, se cruza a la vuelta de la esquina y cuando parece que está a los pies de tu cama, se entretiene y no llega. No le importan los niños, ni los que están llenos de salud.

Por eso yo te doy gracias Señor en este día, porque a la vez que me muestras la hermosura de tu regalo y pones en mí el deseo de disfrutarlo al máximo, también me muestras que no es para siempre, que no se puede decidir cuándo será el último y esto me ayuda a estar preparado para enfrentarme a ella con tu victoria (1 Cor.15:54-57).

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