JUAN 7 24No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

Señor, entiendo que este principio que nos diste aquí se refiere principalmente sobre ti, pero ¿verdad que debo de aplicarlo también a todas las áreas de la vida a las que me tengo que enfrentar cada día?

Los judíos estaban divididos en las opiniones sobre ti (v.12). No entendían tus obras y mucho menos tus enseñanzas (6:60,66) ¿Cómo puede decir lo que dice si no ha estudiado (v.15)? Su conclusión por tanto es que debía de tener demonio v.20).

¿Cómo es que viendo lo que vieron, oyendo lo que oyeron y sabiendo lo que sabían de las Escrituras, podían llegar a esas conclusiones? ¿Cómo puede el corazón y la mente dejarse engañar de tal manera? ¿Es la imaginación, la superstición, las tradiciones y el temor al qué dirán, y a los hombres, tan poderoso? ¿Podría pasarme a mí algo parecido?

No dejes que llegue a conclusiones sobre ti, sobre el Padre o cualquier asunto sobre el alma o el cielo, solo por lo que me parece e imagino; lo que me dicen solo hombres o lo que me quieran imponer. Haz que todas mis conclusiones sean juiciosas, es decir, según tu palabra revelada, pues ella es suelo firme.

Quiero también que me ayudes en todo asunto en el que deba tomar decisiones, en el discernimiento entre personas. Que no vea solo lo que quiero ver, sino todo lo que necesite ver y hacer. Que no haga preferencia con nada ni con nadie, sino lo que es justo y bueno a tus ojos, a tu Palabra.

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