Lectura: 1 Pedro 4:12-19

"Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello"

Una mañana de un día cualquiera del mes octubre de 2006, una mujer y sus seis hijos fueron obligados a presenciar un ataque contra el esposo y padre de la familia. Sus atacantes trataron de forzarlo a negar a Jesús, pero él rehusó. Siguió proclamándolo como Señor y murió orando por su familia, la cual está decidida a seguir a Cristo, aun en su dolor.

Otro hombre fue sentenciado a tres años de cárcel, supuestamente por haber renunciado a la religión oficial del país. Es un cristiano que habla con pasión de su fe y de Cristo. Él, su esposa e hijos siguen fieles y rehúsan negarlo.

La persecución a la fe cristiana es tan real en nuestro mundo como lo fue para los creyentes judíos en la iglesia primitiva, por quienes Pedro oró, diciendo: "Mas el Dios de toda gracia, [...] después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca" (1 Pedro 5:10).

cristiano perseguidoMANIFIESTO A FAVOR DE LA IGLESIA PERSEGUIDA

Estos son algunos de los casos que nos llegan con las noticias diarias, pero, desafortunadamente, son más los cristianos que cada día sufren las persecuciones por parte de los gobiernos dictatoriales y entidades religiosas extremistas que rechazan a Jesús.

En esos países, se queman templos, atacan casas de cristianos, y se encarcela, tortura, ejecuta o asesina a creyentes y a sus líderes por el sólo hecho de tener y vivir una fe diferente a la creencia mayoritaria.

El día 1 de agosto de 2009, según la agencia Efe cientos de extremistas religiosos quemaron 50 casas de cristianos y una iglesia en la ciudad de Gojra, provincia de Punjab en Pakistán. Un total de siete cristianos, entre ellos un niño y cuatro mujeres, murieron carbonizados y otros 15 resultaron heridos.

Esto no es nada, aunque es muy grave, si lo comparásemos con los frecuentes y abundantes sucesos ocurridos casi a diario en China, Cuba, Laos, Afganistán, Irak, Somalia, Nigeria, Corea del Norte, Indonesia, Etiopía, Irán, India, Nigeria, Sudán, Marruecos, Egipto, Qatar, etc.

Ante estos hechos los cristianos de occidente, donde la libertad religiosa es más permisiva, queremos gritar al mundo que ningún creyente está solo, que su sufrimiento es el nuestro, que nos acordamos de ellos orando en nuestras casas e iglesias y que Jesús, el Dios vivo y verdadero, os ama. Pedimos perdón porque no oramos suficiente. Todos son un ejemplo por su fidelidad a Dios ante tanto dolor.

Recordemos juntos que Jesús es el baluarte de salvación que necesitamos, y que cuando venga victorioso en su segunda venida, Él enjugará sus lágrimas y los consolará como dice la Biblia (Apocalipsis 7:16-17):

"Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos".

Jesús ama a su iglesia y a los que a Él aman, es decir, a todos los que proclaman su nombre o por su nombre son perseguidos, encarcelados, maltratados, repudiados, torturados o asesinados.

Así, pues, desde este humilde artículo, os ruego que oremos ante Dios por la protección, el crecimiento y la libertad de fe de todos los hermanos que por vivir en lugares diferentes, donde reina el Islam generalmente, no se les permite proclamar el nombre de Cristo como único Señor verdadero.

Reflexión: La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia.

Bibliografía: Internet

"Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado.

...pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello". 1 Pedro 4: 14, 16

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