devocional claridad palabra“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.” (Deuteronomio 29: 29)

 Tenemos que respetar los temas en los que la Escritura guarda silencio. Dios ha querido reservarse algunas respuestas a preguntas que nosotros, los seres humanos, podamos hacernos; por ejemplo, qué pasa con los niños que mueren en la infancia, cómo se inició el mal, cómo es el cielo o cuándo vendrá el Señor, etc… Debemos tener cuidado de no forzar la Escritura para decir lo que no dice.

Por otro lado cuando resulta difícil interpretar un pasaje o idea concreta, es importante seguir unos principios sencillos.

Primero, hay que ver siempre el texto dentro de su contexto. La parte amplia del pasaje suele traer luz a la concreta.

Segundo, la Escritura, en su totalidad, interpreta a la Escritura, en su particularidad. Es decir, que una idea concreta que pueda parecernos en un lugar no puede contradecir toda la línea bíblica. Por ejemplo, que Dios hable de sí mismo en plural (Gen.1:26) no puede estar en contra de la enseñanza clara de que Dios es uno (Deuteronomio 6:4) (Is. 42:8; 48:11).

Tercero, lo explícito interpreta, aclara lo implícito. Si alguna idea no es clara en un texto, otro más claro lo ilumina.

Cuarto, la historia que se narra se sujeta a la enseñanza.

Quinto, la Escritura no está en contra del sentido común.

Por otra parte, hay que recordar siempre que las dudas de hoy se pueden resolver con tiempo y perseverancia en el estudio. ¡Ánimo!

Oración

“Dios mío permíteme avanzar día a día en el conocimiento de tu Palabra”.

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