devocional iglesia autoridad“Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.

A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.”(Juan 20: 22-23)

Dios ha querido dar autoridad en ciertas áreas a la iglesia (Mt.16.18-19, 18:18-20) (Jn.20:23), siempre y cuando el Espíritu (Jn.20:22) o Cristo (Mt.18:20) esté en ella.

Según lo que ya vimos en su razón de ser como iglesia y en los pasajes aquí referidos, tenemos un gran poder y por tanto, una gran responsabilidad.

Con nuestra existencia y función somos un freno al Hades o infierno (Mt.16:18), un ejército armado ante una guerra espiritual (2 Cor.10:3-4) (Ef.6:10-18), y aun cuando no podemos vencer a Satanás, esa es obra solo de Cristo, sí podemos resistirle (Sant.4:7), sabiendo que él puede hacer daño, pero no prevalecer (Mt.16:18).

Con la proclamación del evangelio a todo el mundo (Mt.28:18-20), llevamos el perdón de pecados (Jn.20:23), la gran noticia de que hay salvación a todo el que cree.

Somos la luz que lleva a la Luz (Mt.5:14) (Jn.8:12), pero para ello debemos protegernos del pecado y de todo mal e influencia del mundo dentro del cuerpo de Cristo. Para ello debemos de ejercer disciplina (Mt.18:15-17), juzgar quién es digno o no, restaurar al caído (1 Cor.5:1-5) (2 Cor.2:6-11) (2 Tes.3:15). Nuestra autoridad dependerá en cómo reflejamos en nosotros la verdad, el amor y el honor de Cristo.

Oración

“Dios mío, hazme digno de esta inmensa autoridad y responsabilidad que me has dado como parte de tu iglesia en el mundo”.

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